De Venezuela para el mundo: Arca



El asunto de esta música es saber el impacto y si el paso del tiempo va a guardar su calidad en un frasco de vidrio inmune al gasto y la decadencia. El tal Alejandro Ghersi, venezolano re-ubicado en los USA, indefinido sexual, o definido en la sombra, pero dudoso en la escena, juega con esa confusión, con otro nuevo truco o trato con el oyente con este disco que parece, uno más, el alejamiento perpetuo y constante hacia otros mundo en cuanto a lo musical. La electrónica y el tecno con todas sus variopintas opciones rompieron la baraja o mezclaron, pero siempre aparecen los masters, los señores de la guerra siempre dispuestos a dar un paso adelante. Lo dio Eno con el Ambient, Bjork en los 90, Aphex Twin deconstruyendo a Kraftwerk, y Boards of Canada, Alva Noto, The Caretaker, Four Tet, Tim Hecker y todos los DJ's conceptuales del mundo unidos jamás será vencidos, etc... Me refiero a todos aquellos que han dado un paso al frente y no se han quedado detrás de los platos haciendo dinero estrictamente. O repitiendo estándares hasta el aburrimiento. El tecno, la electrónica, llámenle como quieran, abrió su tarro de las esencias cuando comenzó por la exploración, por no dejar el culo quieto y buscar una nueva respuesta, el acicate para que esto avance. El disco de Arca persiste en deconstruir la música y mezclar con sus voces y posturas o pretensiones de prima donna de ópera. Ruidos, provocación, lirismo, velocidad de pista de baile. Freno, parada y entra ella en silencio. Como Yma Sumac en ácido o de MDMA intentando esa nota que nunca pudo entonar y que ahora puede gracias a la química o la tecnología. O al cambio de sexo indoloro. A la mutación genética. A la farsa por el espectáculo que también podría ser parte del show. Arca tiene ese paso seguro hacia lo desconocido de quien va a romper (o ya lo ha hecho). El alma de quien crece y nadie puede tenerlo. A ver a dónde lo lleva.

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